Litiasis Renal

por | Ene 31, 2021 | Patologías urológicas más comunes

¿Qué es la Litiasis Renal?

La litiasis renal, también denominada urolitiasis o nefrolitiasis, es una enfermedad causada por la presencia de cálculos o piedras en el interior de los riñones o de las vías urinarias.

Los cálculos renales son depósitos duros de minerales y sales que se forman dentro de los riñones. En general, los cálculos se forman cuando la orina se concentra, lo que permite que los minerales se cristalicen y se unan.

La litiasis renal es una enfermedad frecuente, que afecta al 12% de la población, con predominio en el sexo masculino.

En función de su composición química, los cálculos urinarios se dividen en 5 grupos:

  1. Cálcicos, que a su vez pueden ser de oxalato cálcico, éstos representan el 60%, fosfato cálcico y una combinación de fosfato y oxalato cálcico.
  2. Fosfato amónico magnésico.
  3. Ácido úrico-uratos.
  4. Cistina.
  5. Otros componentes.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo generales para el desarrollo de litiasis urinaria incluyen:

  • Raza o grupo étnico, ya que son más frecuente en personas asiáticas y de raza blanca.
  • Nivel socioeconómico, porque está asociada generalmente a países ricos e industrializados, así como a profesiones y actividades sedentarias. Se cree que el ejercicio habitual puede prevenir la agregación cristalina.
  • Clima. Las personas que viven en climas cálidos y que transpiran mucho pueden presentar un riesgo mayor que otras personas.
  • Dieta, especialmente si ésta es rica en grasas saturadas, insaturadas, azúcares y proteínas animales. La litiasis cálcica se asocia a ingestas elevadas de sodio (sal).
  • Deshidratación. No beber suficiente agua todos los días puede aumentar el riesgo de tener cálculos renales.
  • Ser obeso. Un índice de masa corporal alto, un perímetro de la cintura ancho y el aumento de peso se pueden asociar con un incremento del riesgo de tener cálculos renales.
  • Cirugía y enfermedades digestivas. La cirugía de bypass gástrico, la enfermedad inflamatoria intestinal o la diarrea crónica pueden provocar cambios en el proceso digestivo que afectan la absorción de calcio y de agua, lo que aumenta los niveles de sustancias que forman cálculos en la orina.

Síntomas

Las formas de presentación clínica en la litiasis renal son variables dependiendo del tamaño, composición y de la situación de los cálculos en el aparato urinario. Un cálculo renal puede no causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o hasta que pasa por el uréter (el tubo que conecta el riñón y la vejiga).

  • Cólico nefrítico: Dolor en la zona lumbar o espalda baja que se irradia hacia el abdomen anterior y hacia los genitales. Es un dolor habitualmente intenso y fluctuante, que no se alivia en ninguna postura ni posición álgica determinada. Frecuentemente se acompaña con náuseas, vómitos, distensión abdominal.

El episodio típico ocurre durante la noche o en las primeras horas de la mañana, tiene comienzo brusco y suele afectar al paciente mientras descansa o está en posición sedentaria.

El episodio típico ocurre durante la noche o en las primeras horas de la mañana, tiene comienzo brusco y suele afectar al paciente mientras descansa o está en posición sedentaria.

El cólico nefrítico constituye el motivo más frecuente de asistencia urgente dentro del ámbito urológico y representa un 2-5% de las urgencias hospitalarias.

  • Hematuria (sangre en la orina): Se produce por las lesiones que provoca el cálculo en su paso por la vía urinaria.
  • Infecciones de orina: Los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina o cistitis.

Diagnóstico

El diagnóstico del cólico nefrítico descansa en 3 pilares fundamentales, que son:

  1. Historia clínica.
  2. Examen de orina.
  3. Pruebas por imágenes. Las pruebas de diagnóstico por imágenes pueden mostrar cálculos renales en las vías urinarias. Las opciones abarcan desde una simple radiografía abdominal, en la cual los cálculos renales pequeños pueden pasar inadvertidos, hasta la tomografía computarizada de alta velocidad o de energía dual, que puede mostrar incluso cálculos muy pequeños.

Tratamiento

El tratamiento de los cálculos renales varía en función del tipo de cálculo y de la causa. La mayoría de los cálculos renales pequeños no requieren un tratamiento invasivo.

Es posible que se expulse un cálculo pequeño de las siguientes maneras:

  • Bebiendo agua. Tomar entre 2 a 3 litros por día puede ayudarte a limpiar el aparato urinario. A menos que tu médico te indique lo contrario, bebe suficiente líquido, sobre todo agua, para producir una orina transparente o casi transparente.
  • Analgésicos. Expulsar un cálculo pequeño puede provocar cierta molestia. Para aliviar el dolor leve, el médico puede recomendarte analgésicos.

Los cálculos renales que no se pueden tratar con medidas conservadoras, ya sea porque son muy grandes para expulsarlos solos o porque producen sangrado, daño en el riñón o infecciones permanentes de las vías urinarias, pueden requerir un tratamiento más exhaustivo. Los procedimientos pueden comprender lo siguiente:

  • Cirugía para extraer los cálculos renales muy grandes. Un procedimiento llamado «nefrolitotomía percutánea» consiste en la extracción quirúrgica de un cálculo renal mediante instrumentos pequeños que se introducen a través de una pequeña incisión que se realiza en la espalda.
  • Usar un endoscopio para extraer los cálculos. Para extraer un cálculo pequeño alojado en el uréter o en el riñón, el médico puede introducir un tubo delgado que posee una luz y una cámara (ureteroscopio) a través de la uretra y de la vejiga hasta llegar al uréter. Una vez que se localiza el cálculo, las herramientas especiales pueden atrapar el cálculo y romperlo en trozos que se eliminarán con la orina.

Prevención

La prevención de los cálculos renales puede comprender cambios de estilo de vida como por ejemplo:

  • Bebe agua todo el día. Si vives en un lugar de clima caluroso y seco, o si haces ejercicios con frecuencia, tal vez tengas que beber más cantidad de agua para producir suficiente orina. Si la orina es clara y transparente, es probable que estés tomando suficiente agua.
  • Consume menos alimentos ricos en oxalatos. Si tienes tendencia a formar cálculos de oxalato de calcio, tu médico puede recomendarte que reduzcas los alimentos ricos en oxalatos. Estos comprenden: remolacha, espinaca, batatas, nueces, té, chocolate y productos de soya.
  • Elige una dieta con bajo contenido en sal y proteínas animales. Reduce la cantidad de sal que comes y elige fuentes de proteína no animales, como las legumbres.
  • Sigue consumiendo alimentos ricos en calcio, pero ten cuidado con los suplementos de calcio. El calcio de los alimentos no afecta el riesgo de cálculos renales. Sigue consumiendo alimentos ricos en calcio, a menos que tu médico te aconseje lo contrario.

¿Cuándo consultar al médico?

Pide una consulta con el médico si tienes signos y síntomas que te preocupan.

Busca atención médica inmediata si presentas:

  • Dolor tan intenso que no puedes sentarte en posición derecha o encontrar una posición cómoda.
  • Dolor acompañado por náuseas y vómitos.
  • Dolor acompañado por fiebre y escalofríos.
  • Sangre en la orina.
  • Dificultad para orinar.

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