Quiste testicular

por | Ene 30, 2021 | Patologías urológicas más comunes

¿Qué es el quiste testicular?

El epidídimo es una estructura que va apoyada sobre el testículo. Tiene el grosor de un bolígrafo, mide 4 cm y recorre el testículo desde el polo superior al inferior. Su función es recolectar los espermatozoides del testículo y transportarlos hasta el conducto deferente.

El nombre quiste testicular se utiliza habitualmente para nombrar lo que realmente son quistes de epidídimo o espermatocele.

Son formaciones saculares con contenido líquido, que generalmente es de aspecto lechoso o transparente que contiene esperma.

Este tipo de quiste testicular es siempre benigno. Son frecuentes y con frecuencia son múltiples y bilaterales.

Los espermatocele son la condición quística más común encontrada dentro del escroto.

La causa exacta de los espermatocele no está clara, pero podría deberse a una obstrucción en uno de los conductos que transporta el semen.

¿Cuáles son los síntomas?

Un espermatocele no suele causar síntomas o signos y puede permanecer en un tamaño estable.

El síntoma más habitual de los quistes de epidídimo es la presencia de una masa encima del testículo que habitualmente no es doloroso.

¿Cuándo consultar al urólogo?

Es una buena idea permitir que el médico evalúe cualquier masa en el escroto para descartar afecciones graves, como el cáncer testicular. Además, visita al médico si tienes dolor o hinchazón en el escroto.

¿Cuál es el diagnóstico?

Un espermatocele puede ser descubierto como masas incidentales escrotales halladas en un examen físico por un médico. Aunque el espermatocele no suele ser doloroso, es posible que sientas molestias cuando el médico examina (palpa) el bulto.

La ecografía testicular es la prueba principal para el diagnóstico de los quistes testiculares. La ecografía permite, además, realizar el diagnóstico diferencial del quiste testicular con otros bultos en el testículo.

¿Cuándo tratar un quiste testicular?

La mayoría de los espermatocele no necesitan tratamiento. Por lo general, no producen dolor ni complicaciones.

Cuando se trata de quistes pequeños en el testículo no suelen operarse. En estos casos conviene realizar un seguimiento del espermatocele a los 3 o 6 meses y poder valorar su velocidad de crecimiento.

Sólo cuando causa incomodidad y está muy agrandado, o el paciente desea, se le extirpe el espermatocele, se considerará realizar una espermatocelectomía, que consiste en hacer una pequeña incisión en el escroto y a través de ella realizar la remoción del quiste, generalmente de manera ambulatoria.

 

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